El Papa medita sobre una economía que no mata
El papa Francisco no asistió este Viernes Santo al tradicional vía crucis en el Coliseo de Roma, debido a su recuperación por una infección respiratoria. Aunque no pudo estar presente, dejó escritas las meditaciones que guiaron las catorce estaciones del recorrido, centradas en una profunda crítica al modelo económico actual y en una invitación a abrazar “la economía de Dios, que no mata, no descarta, no aplasta”. El acto fue presidido por el cardenal Baldassare Reina, vicario del Papa en Roma.
El pontífice ya había estado ausente en los dos últimos años por el frío y su estado de salud, aunque en esta ocasión su ausencia fue prevista con antelación tras permanecer 38 días hospitalizado en el Gemelli. En sus textos, el Papa denuncia una economía “de cálculos y algoritmos, de frías lógicas e intereses implacables”, que valora más a los muchos que al individuo. Frente a eso, propone una mirada evangélica que priorice al último, al frágil, al descartado, recordando que “el Calvario pasa por nuestras calles de todos los días”.
En cada estación, el papa eleva oraciones que piden consuelo para los invisibles, unidad para la Iglesia, y paz para todas las naciones. “Que venga tu paz para quien no tiene poder ni dinero”, reza en la última estación, en una invocación que también recuerda al cántico de san Francisco. A pesar de su convalecencia, el papa mantuvo su visita tradicional del Jueves Santo a la cárcel de Regina Coeli, donde se encontró con setenta reclusos. Aún no se ha confirmado si podrá impartir la bendición ‘Urbi et Orbi’ el Domingo de Pascua.