Migrantes de 27 países permanecen detenidos en la base naval de Guantánamo, según documentos judiciales en los que el gobierno de Estados Unidos defiende su autoridad para mantenerlos allí. Hasta el viernes, 40 personas con órdenes de deportación final seguían recluidas, 23 de ellas catalogadas como “de alto riesgo” y mantenidas en celdas individuales. Mientras tanto, abogados de derechos civiles han demandado al gobierno de Donald Trump para bloquear nuevas transferencias, alegando condiciones de reclusión inhumanas.
En respuesta, el Departamento de Justicia argumentó que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tiene facultades amplias para retener a migrantes en la base, mientras su expulsión siga siendo viable en un “futuro razonablemente cercano”.
Documentos del gobierno aseguran que los detenidos reciben comida, atención médica y acceso a asesoría legal en condiciones similares a otros centros de ICE. No obstante, también admiten que algunos detenidos han rechazado alimentos y que hay restricciones a las visitas en persona de abogados.
Trump ha prometido enviar a Guantánamo a criminales extranjeros, aunque abogados de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) sostienen que varios de los trasladados no tienen antecedentes penales graves.
En febrero, casi 200 venezolanos fueron llevados a la base y luego repatriados, dejando actualmente el centro sin detenidos de ese país. Mientras tanto, la administración Trump avanza en su plan de expansión, con instalaciones que podrían albergar hasta 30.000 personas en los próximos meses.