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Funcionarios de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) arrestaron a 194 integrantes del Tren de Aragua, una banda criminal transnacional, durante operativos realizados entre el 21 de enero y el 3 de febrero. Los detenidos, presentes ilegalmente en EE. UU., serán deportados a Venezuela, que ha aceptado recibir vuelos de repatriación, según un comunicado de la Casa Blanca.
La administración de Donald Trump ha señalado que estas detenciones forman parte de su compromiso de combatir a pandillas extranjeras y proteger a las comunidades estadounidenses. Además, se anunció que algunos inmigrantes criminales, incluidos miembros del Tren de Aragua, podrían ser enviados a la prisión militar de Guantánamo debido a la falta de confianza en que otros países los retengan. Según Trump, hasta 30.000 inmigrantes criminales podrían ser transferidos a esa instalación.
Este plan, sin embargo, ha generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos. Críticos, como el Centro de Derechos Constitucionales, han señalado que el uso de Guantánamo evade el escrutinio público y podría implicar prácticas cuestionables. A pesar de las críticas, la Casa Blanca insiste en que estas acciones son necesarias para garantizar la seguridad nacional y cumplir sus promesas de campaña.
