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Una de las primeras decisiones de Robert F. Kennedy Jr. como Secretario de Salud y Servicios Humanos fue redefinir la noción de sexo biológico, actuando bajo una orden ejecutiva emitida por el presidente Donald Trump. Las nuevas directrices excluyen a las personas transgénero y no binarias, reafirmando una visión binaria del sexo, al clasificar a los individuos exclusivamente como hombres o mujeres, basándose en sus características reproductivas biológicas.
Esta medida ha sido presentada como una restauración de la “verdad biológica”, según Kennedy, quien afirmó: “La política de la administración anterior de intentar introducir la ideología de género en todos los aspectos de la vida pública ha terminado”.
Las nuevas pautas del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) son claras al definir los términos relacionados con el sexo y el género. Se establecen las siguientes definiciones: el sexo es considerado “una clasificación biológica inmutable de una persona como hombre o mujer”, y se determina que las mujeres son aquellas con un sistema reproductor que produce óvulos, mientras que los hombres son aquellos cuya función biológica es producir espermatozoides. Además, las nuevas directrices reiteran términos como “madre” y “padre”, de acuerdo con esta visión binaria del género.
La organización GLAAD, defensora de los derechos de la comunidad LGBTQ+, ha criticado duramente estas nuevas políticas, calificándolas de “inexactas e incoherentes”. En un comunicado, GLAAD subrayó que estas directrices “difaman a todo un grupo de estadounidenses”, señalando que no cambian la ley ni los hechos.
La organización también destacó que todas las mujeres, incluidas las transgénero, deberían poder acceder a los mismos derechos y oportunidades sin discriminación. Además, GLAAD lamentó la eliminación de términos como “TQI+” y la falta de reconocimiento de las personas intersexuales en las nuevas directrices.
