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Más de 8,000 personas han sido detenidas desde la toma de posesión del presidente, superando ya el promedio diario de la administración Biden.
La Casa Blanca ha intensificado sus esfuerzos para que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) acelere la detención de migrantes indocumentados, según fuentes cercanas al gobierno.
Durante las primeras semanas del nuevo mandato de Donald Trump, funcionarios de alto nivel, como Stephen Miller y Tom Homan, han mantenido tensas reuniones con ICE, criticando el supuesto incumplimiento de metas. Mientras tanto, más de 8,000 personas han sido detenidas desde la toma de posesión del presidente, superando ya el promedio diario de la administración Biden.
A pesar del aumento en las detenciones, el gobierno enfrenta importantes retos operativos. Con centros de detención operando al 108% de su capacidad y recursos limitados, ICE ha tenido que liberar a cientos de detenidos por falta de espacio. Además, el gobierno evalúa nuevas medidas como reforzar la vigilancia en el río Grande y utilizar bases militares para alojar migrantes, en un intento de cumplir con la ambiciosa agenda migratoria de Trump.
Sin embargo, la presión ejercida sobre los agentes de ICE está generando tensiones internas. Fuentes señalan que se han intensificado los esfuerzos para capturar a migrantes con antecedentes penales, con cuotas calificadas como “un piso, no un techo”. Mientras tanto, el gobierno continúa publicando imágenes de sus operativos en redes sociales para resaltar su compromiso con la política migratoria.
A pesar de los esfuerzos, los vuelos de deportación avanzan lentamente, subrayando las dificultades de implementar las promesas de campaña del presidente.
