LeBron James ha ejercido su opción de jugador por 52,6 millones de dólares y disputará su 23ª temporada en la NBA, superando a Vince Carter como el más longevo de la historia. Aunque seguirá en activo, el futuro del “Rey” en los Lakers está en entredicho.
Las declaraciones de su agente, Rich Paul, y recientes filtraciones apuntan a que podría buscar un traspaso para luchar por un último anillo, mientras la franquicia angelina se queda sin margen salarial tras incorporar a Luka Doncic.
Pese a mantener estadísticas de élite, LeBron parece convencido de que los Lakers no están preparados para aspirar al campeonato. El descontento con el rumbo del equipo, la venta de la franquicia y un entorno mediático inestable han abierto la puerta a una posible salida.
Aunque tiene cláusula antitraspaso, el jugador puede forzar un cambio de destino si considera que su legado requiere un último gran reto, con Cleveland emergiendo como una opción con fuerte carga emocional y estratégica.
Cualquier traspaso supondría sacrificios, pero en la NBA moderna nada es imposible. Cleveland, donde James ganó su histórico anillo en 2016, podría mover piezas como Jarrett Allen o Darius Garland para crear espacio.
Mientras tanto, el silencio de LeBron tras la llegada de Doncic y los rumores que le vinculan con otras franquicias alimentan la incertidumbre. Con los ojos del mundo puestos en su próxima jugada, la única certeza es que, a sus 41 años, LeBron sigue siendo el epicentro del baloncesto global.
