El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y su homólogo panameño han discutido el fenómeno migratorio en la región, marcando un cambio en la tendencia de sur a norte.
Según el embajador colombiano en Panamá, Fabio Mariño, se ha observado una disminución en el flujo de migrantes hacia EE. UU. y un incremento en el número de personas que retornan a sus países de origen, fenómeno que requiere un análisis profundo.
Mariño explicó que la migración no es un problema, sino una decisión basada en la búsqueda de mejores condiciones de vida. Sin embargo, las rutas de retorno presentan los mismos riesgos que los caminos hacia el norte, lo que hace necesario diseñar estrategias humanitarias para atender a quienes emprenden este trayecto.
En ese contexto, Colombia y Panamá han comenzado a discutir acuerdos que faciliten este proceso, incluyendo posibles vuelos de repatriación para migrantes venezolanos.
El diálogo entre ambas naciones también abarca otros temas clave, como la interconexión eléctrica y la cooperación en materia de derechos humanos.
Mientras se estudian soluciones para la migración inversa, los gobiernos de la región buscan equilibrar la seguridad con la protección de quienes deciden regresar tras enfrentar difíciles condiciones en el extranjero.