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Elon Musk ha advertido que retirará su oferta de casi 100.000 millones de dólares para adquirir OpenAI si la compañía insiste en mantener su estructura sin fines de lucro. Musk, quien lidera un grupo de inversores interesados en comprar la organización, asegura que su propuesta respeta la misión fundacional de OpenAI. Sin embargo, el creador de ChatGPT, liderado por Sam Altman, cuestiona las intenciones de Musk y lo acusa de hipocresía al intentar beneficiarse personalmente con la adquisición.
La disputa entre Musk y Altman, que ya se ha tornado personal, refleja las tensiones en torno al futuro de OpenAI. Mientras Musk insiste en que la empresa debe preservar su carácter filantrópico, OpenAI sostiene que no está a la venta y que su único deber fiduciario es garantizar que la inteligencia artificial beneficie a toda la humanidad. Altman y su equipo argumentan que la estructura híbrida actual, que incluye una entidad con fines de lucro, ha sido clave para el éxito y la valoración millonaria de OpenAI.
Por su parte, Musk ha llevado la batalla a los tribunales, alegando que la nueva dirección de OpenAI contradice su propósito original. El empresario incluso comparó la situación con financiar una organización para preservar la selva amazónica, solo para verla convertida en una empresa maderera.
Con ambas partes firmes en sus posiciones, el futuro de OpenAI y el control del desarrollo de la inteligencia artificial general continúan siendo inciertos.
