La Casa Blanca lanzó una advertencia a China el martes, luego de que Pekín iniciara ejercicios militares conjuntos alrededor de Taiwán, con la participación de su Ejército, Marina, Fuerza Aérea y unidades de cohetes.
La administración de Donald Trump reiteró su oposición a cualquier intento de alterar el statu quo en la región por la fuerza o la coerción. Washington insiste en la necesidad de mantener la paz en el estrecho de Taiwán y buscar soluciones pacíficas a través del diálogo.
Los ejercicios chinos ocurren en un momento de incertidumbre para Taiwán, mientras Trump redefine las relaciones exteriores de EE. UU. bajo su política de “Estados Unidos Primero”.
La administración ha presionado a aliados asiáticos para que asuman más costos en defensa, debilitando las garantías tradicionales en la región. En paralelo, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, reafirmó la alianza con Filipinas y destacó a Japón como un socio clave en la contención de China en el Indo-Pacífico.
En febrero, durante una reunión con su gabinete, Trump evitó comprometerse sobre una posible intervención para evitar una ofensiva china contra Taiwán.
“Nunca comento sobre eso, no comento sobre nada”, afirmó, manteniendo la incertidumbre sobre la postura de su administración ante una escalada militar.
Mientras tanto, la creciente presencia militar china refuerza las preocupaciones sobre la estabilidad en la región.