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El presidente Donald Trump ha sorprendido con una propuesta inusual: que Estados Unidos tome el control de la Franja de Gaza, la reconstruya y la convierta en un centro de desarrollo económico. Durante una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la Casa Blanca, Trump afirmó que esta medida ayudaría a garantizar la estabilidad en Oriente Medio.
Según el mandatario, el objetivo sería “nivelar el lugar” y construir viviendas, infraestructura y empleos para transformar la región devastada por el conflicto.
Trump también habló de una posible “propiedad a largo plazo” de Gaza por parte de EE.UU., argumentando que esta solución podría ser clave para prevenir futuros conflictos. Por su parte, Netanyahu elogió la visión del presidente, calificándola como un enfoque “fuera de lo convencional” para abordar una problemática histórica. La reunión también abordó temas como el futuro del alto el fuego entre Israel y Hamás, la influencia de Irán en la región y el reasentamiento de los habitantes de Gaza.
Las declaraciones han generado tanto interés como polémica, ya que implican un cambio radical en el manejo de la Franja de Gaza. Trump describió el territorio como un “símbolo de muerte y destrucción” que necesita un nuevo comienzo, lejos de las “existencias miserables” de sus habitantes. Mientras tanto, Netanyahu destacó el liderazgo de Trump y su capacidad para proponer ideas innovadoras en un contexto que, según él, ha estado marcado por décadas de fracasos diplomáticos.
