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La reciente visita de Volodymyr Zelensky a la Casa Blanca ha generado un terremoto político que amenaza con alterar el equilibrio de la alianza occidental. Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, endurece su postura hacia Ucrania y pone en duda el liderazgo de Zelensky, Europa ha cerrado filas en torno al mandatario ucraniano, intensificando su respaldo militar y diplomático.
El asesor de seguridad nacional de Trump, Mike Waltz, sugirió que Ucrania podría necesitar un nuevo líder para negociar el fin del conflicto con Rusia. En contraste, el primer ministro británico, Keir Starmer, encabezó un encuentro con líderes europeos en Londres, donde Zelensky fue recibido con honores.
Francia y el Reino Unido han propuesto una tregua de un mes, mientras la Unión Europea busca fortalecer la defensa ucraniana ante una posible retirada del apoyo estadounidense.
El tenso enfrentamiento entre Trump y Zelensky en el Despacho Oval, que incluyó una abrupta salida del presidente ucraniano, marcó un hito en la política exterior de EE.UU. Mientras Trump insiste en imponer un acuerdo de paz favorable a Moscú, sus críticos lo acusan de debilitar la postura occidental.
Ahora, Europa se apresura a diseñar un marco de negociación para evitar que la fractura transatlántica beneficie a Vladimir Putin.
