Estados Unidos y Ucrania sostuvieron una reunión clave en Arabia Saudita para intentar recomponer sus relaciones tras la suspensión del apoyo militar de Washington. Mientras tanto, Moscú sufrió un ataque masivo con drones ucranianos, uno de los más intensos del conflicto. La violencia en la capital rusa coincidió con el esfuerzo de la delegación ucraniana por asegurar respaldo estadounidense, luego de la tensa reunión entre Donald Trump y Volodymyr Zelensky en la Casa Blanca.
El secretario de Estado, Marco Rubio, y el asesor de seguridad nacional, Michael Waltz, lideraron la delegación estadounidense y mostraron cautela sobre el futuro de la ayuda a Ucrania. Rubio advirtió que el comportamiento de Kiev en la cumbre sería clave para definir el rumbo de las negociaciones. Por su parte, Andriy Yermak, principal asesor de Zelensky, destacó la disposición de su país para alcanzar la paz y dejó de lado su tradicional vestimenta militar, en respuesta a críticas sobre la imagen de los líderes ucranianos.
Mientras las negociaciones avanzaban, Rusia denunció un ataque nocturno con 337 drones en su territorio, causando tres muertos y daños en Moscú. El Ministerio de Defensa ruso también aseguró haber recuperado territorio en Kursk, una zona estratégica tomada por Ucrania meses atrás. En paralelo, Ucrania enfrenta intensos bombardeos rusos y la suspensión del apoyo de inteligencia estadounidense, lo que podría debilitar su capacidad defensiva en el conflicto.
