hands of a person holding on metal railings in a jail
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El domingo por la noche, más presuntos miembros del Tren de Aragua fueron transferidos a una prisión en El Salvador, en el marco de una operación conjunta entre Estados Unidos y El Salvador. La operación, anunciada por el Secretario de Estado Marco Rubio, incluyó a 17 individuos de la pandilla venezolana, junto con miembros de MS-13.

Rubio calificó a estos 17 como “criminales violentos”, entre los que se incluyen asesinos y violadores. La transferencia se realizó en el contexto de un litigio sobre las deportaciones de migrantes bajo la Ley de Enemigos Extranjeros.

La administración Trump presentó una apelación de emergencia el viernes pasado ante la Corte Suprema, argumentando que los tribunales federales no deberían interferir con las negociaciones diplomáticas. Este movimiento busca reanudar las deportaciones, que fueron temporalmente bloqueadas por un juez federal que dictó una orden de restricción.

La apelación fue impulsada después de que un tribunal de apelaciones ratificara el fallo, argumentando que los migrantes venezolanos tendrían éxito en su caso de no ser deportados sin una audiencia judicial previa.

En medio de estos desarrollos, el gobierno estadounidense ha reafirmado su compromiso con la seguridad en las fronteras, eludiendo las órdenes judiciales y destacando la cooperación con El Salvador. Rubio agradeció al presidente Nayib Bukele y al gobierno salvadoreño por su colaboración en la lucha contra el crimen transnacional y el terrorismo.

Además, recientemente un importante líder de la MS-13, Henrry Josue Villatoro Santos, fue arrestado en Virginia, acusado de cargos relacionados con la posesión ilegal de armas.

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