El Servicio de Impuestos Internos (IRS) ha acordado proporcionar datos fiscales de inmigrantes al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para facilitar la identificación y deportación de personas que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos.
Este acuerdo ha generado controversia y ha llevado a la renuncia de la comisionada interina del IRS, Melanie Krause, según fuentes cercanas al asunto.
El acuerdo, firmado por el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, y la Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, permite que ICE envíe nombres y direcciones de inmigrantes indocumentados al IRS para su verificación cruzada con los registros fiscales.
Esta medida forma parte de la estrategia más amplia del presidente Donald Trump para intensificar las políticas de inmigración.
Críticos del acuerdo argumentan que viola leyes de privacidad y podría disuadir a las comunidades inmigrantes de cumplir con sus obligaciones fiscales. Además, señalan que compartir información confidencial de los contribuyentes con fines de aplicación de la ley puede socavar la confianza pública en el sistema tributario.
Esta decisión se produce en un contexto de cambios significativos en la dirección del IRS, incluyendo la renuncia previa del comisionado interino Douglas O’Donnell y la destitución del asesor legal interino William Paul.
Aunque las autoridades afirman que el programa se centra en casos criminales importantes y cuenta con la autoridad del Congreso, expertos legales y grupos de defensa advierten que podría violar estatutos de privacidad y erosionar la confianza pública.
La implementación de esta política ha desatado un debate nacional sobre el equilibrio entre la aplicación de las leyes de inmigración y la protección de la privacidad de los datos fiscales de los contribuyentes.