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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la revocación de las licencias que permitían la exportación de petróleo desde Venezuela, una medida que afecta principalmente a Chevron. Según el mandatario, la decisión, efectiva desde el 1 de marzo, busca revertir concesiones otorgadas por el gobierno de Joe Biden en 2022, las cuales facilitaron la producción petrolera en el país sudamericano.
Trump justificó la medida señalando el incumplimiento del régimen de Nicolás Maduro en acuerdos electorales y en la repatriación de inmigrantes.
La salida de Chevron representa un golpe para la economía venezolana, que había logrado superar el millón de barriles diarios por primera vez desde 2019, gracias a la operación conjunta con Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA).
La empresa estadounidense, única de su país en Venezuela, mantenía una producción de más de 200,000 barriles diarios en 2024, pero operaba bajo un permiso temporal que ahora queda anulado. Según la administración Trump, la medida impedirá que Maduro siga obteniendo fondos en dólares.
La decisión marca un cambio drástico en la relación energética entre ambos países, tras los intentos de Biden por aliviar las sanciones a cambio de reformas democráticas en Venezuela.
La revocación de la licencia ha sido respaldada por figuras como el secretario de Estado, Marco Rubio, quien afirmó que la política anterior solo beneficiaba a Maduro.
Con esta nueva restricción, la incertidumbre se cierne sobre el futuro del sector petrolero venezolano y su acceso al mercado estadounidense.